Calderas y calentadores de gas, una buena solución para climatizar nuestro hogar
Para mantener una vivienda en buenas condiciones de habitabilidad, se hace necesario contar con calefacción y agua caliente, especialmente para los meses más fríos del año. Como existe una amplia variedad de modelos en el mercado, a veces, es complicado hacer una buena elección. Estos son los aspectos más importantes en los que hay que fijarse antes de realizar la compra.
Como se sabe, dentro de las posibilidades de sistemas de calefacción que se pueden instalar en los hogares, uno de los más utilizados son las calderas de gas, ya sea por ahorro o por eficiencia. De los diferentes tipos que existen en el mercado, las calderas de gas de condensación son las que ofrecen mayores ventajas, como las que se van a presentar a continuación.
Ventajas de las calderas de gas de condensación
Las calderas de condensación han desarrollado una tecnología de alto rendimiento basada en el aprovechamiento del calor latente de condensación presente en los humos de la combustión, de ahí su nombre. Estas son las principales cualidades que las hacen destacar del resto.
Ahorro
El funcionamiento de las calderas de condensación se basa, como su propio nombre indica, en el proceso de condensación. Este proceso se define como un cambio de fase de una sustancia en estado gaseoso, vapor, a estado líquido. Esta transformación genera una energía que se denomina calor latente. Comparándola con las calderas convencionales, esta tecnología consigue un ahorro energético de entre el 25 y el 30%.
La caldera de condensación, además, necesita menos combustible y esto repercute nuevamente en el ahorro.
Mayor eficiencia
Gracias a la técnica de condensación que aprovecha el calor del vapor de agua generado en la combustión, estas máquinas son más eficientes. Llegan a emitir hasta un 93,5% de calor frente al 81% de una caldera tradicional.
Más respetuosa con el medio ambiente
Al utilizar menos combustible, también emiten menos gases CO2 y NOx, por lo tanto, contaminan menos y son más respetuosas con el medio ambiente. En este sentido, cumplen con la normativa europea ErP, que exige la comercialización de calderas energéticamente eficientes, como son las de condensación.
Subvención en muchas Comunidades
Con el objetivo de incentivar la implantación masiva de estas calderas para reducir las emisiones de gases, muchas Comunidades Autónomas ofrecen subvenciones a los ciudadanos que las instalen con ayudas de diferentes cuantías. Merece la pena informarse acerca de ellas cuando se decida proceder a su compra.
Tecnología avanzada
Como estas calderas de gas son las que más se están instalando en la actualidad, son las que mayores avances tecnológicos están desarrollando. En este sentido, las nuevas gamas con wifi, además de tener un diseño innovador y elegante, permiten controlar la caldera desde el móvil cómodamente.
Cómo elegir los calentadores de agua de gas
Un calentador de gas es un aparato que utiliza la energía para aumentar la temperatura del agua. Es el sistema más utilizado para contar con agua caliente en las viviendas de manera inmediata. A la hora de comprar calentadores de gas, hay que elegir el más apropiado atendiendo a las siguientes variables.
Combustible
En primer lugar, hay que prestar atención a la instalación que se tiene en casa, para saber el tipo de combustible que suministra. Puede ser butano o propano (el mismo calentador sirve para los dos tipos) o gas natural.
Consumo de agua
En relación al consumo de agua, se deberá analizar las necesidades de cada hogar para calcular de cuántos litros se necesita el calentador. En dependencia del modelo elegido, el aparato podrá calentar ente 5 y 20 litros de agua caliente por minuto. La capacidad de este aparato determinará que se pueda usar el agua caliente de manera simultánea en varios puntos de la vivienda, como la ducha, el fregadero, el lavabo…
Encendido
Existen diferentes tipos de calentadores según el encendido que tengan. Uno de los más básicos del mercado es el encendido cerilla, que requiere apretar un botón a la vez que se acerca una cerilla al quemador. Estos modelos poco a poco van desapareciendo.
El piezoeléctrico, torrente o tren de chispas es también de encendido manual. En este caso, cuenta con un botón que produce un torrente de chispas para encender el calentador. Tanto este como el anterior, necesitan ser activados cada vez que se requiera de agua caliente, por lo que resultan algo incómodos. Además, del mismo modo, deben apagarse de forma manual, por lo que en caso de olvido continúa consumiendo gas.
Los modelos de encendido automático o electrónico no cuentan con llama piloto. Se encienden de forma automática cuando existe demanda de agua caliente y, del mismo modo, se apagan de forma autónoma cuando finaliza. Son, sin lugar a dudas, los más cómodos de utilizar y los más eficientes.
Por último, el calentador de encendido automático por hydrogenerador tampoco necesita llama piloto. El calentador se enciende con la fuerza del agua por la incorporación de un sistema de dinamo. Este tipo de calentador es el que menos mantenimiento necesita.
Evacuación
La combustión del calentador produce gases nocivos que es necesario evacuar para no poner en riesgo la salud de las personas. Según el tipo de evacuación, los calentadores se clasifican en atmosféricos o de tiro natural, de tiro forzado o de circuito estanco.
Los calentadores de tiro natural o atmosféricos captan el aire de la misma estancia donde se instala y lo expulsan al exterior de forma natural.
Los de tiro forzado funciona igual que los anteriores, pero cuentan con un sistema de ventilación interior para asegurar la correcta evacuación de los gases al exterior. Es necesaria su colocación cuando los conductos de salida de gases no respetan las distancias establecidas por el reglamento.
Por último, los calentadores de circuito estanco han sido diseñados para estancias pequeñas o poco ventiladas que deben coger el aire del exterior. Incorporan un sistema de evacuación compuesto por dos tubos, uno para la entrada de aire nuevo y otro para la salida de los gases quemados.