Anorexia y bulimia: Los trastornos de la alimentación

Anorexia y bulimia.- Estos trastornos alimentarios son enfermedades que, a pesar de que se manifiestan a través de la conducta alimentaria, en realidad son problemas que abarcan todo el ser y que necesitan ser abordados por psiquiatras, psicólogos, nutricionistas y otros terapeutas.

En la anorexia y la bulimia, junto con una mala conducta alimentaria prevalece una alteración o distorsión de la auto-imagen corporal y una significación del yo a través del peso. Las terapias complementarias son grandes aliados al momento de acompañar y disminuir el tiempo de tratamiento.

En la actualidad, los medios de comunicación han masificado los casos y los peligros de los trastornos alimentarios, destapando y despertando el interés por el tema. Por otro lado, la mayoría de los alimentos que hoy se consumen concentran muchas grasas y azúcares; mientras que la figura corporal debe ser esbelta y contorneada, lo que produce que la oferta alimentaria no coincida con la demanda que le hacemos al cuerpo. Ello, entre otras razones, ha hecho que crezca el grupo que padece algún trastorno alimentario como anorexia o bulimia.

 

«La oferta alimentaria no coincide con la demanda que le hacemos al cuerpo»

 

La anorexia es una enfermedad que se caracteriza por el deseo de verse muy delgada, lo cual se logra a través de ayunos prolongados y restricciones alimentarias, mientras que la bulimia se caracteriza por alternar períodos de restricción alimentaria, con episodios de ingestas copiosas, llamados atracones, seguidos de vómitos autoinducidos y uso de laxantes o diuréticos. Ambas enfermedades pueden ser o no purgativas (por medio de la inducción de vómitos, uso de laxantes, exceso de ejercicios, entre otros).

 

Anorexia y bulimia: El inicio del tratamiento

El tratamiento, muchas veces, comienza sacando a la persona de su ambiente cotidiano, donde se ha creado y mantenido la problemática. Para ello, se propone un semi internado, donde el paciente está todo el día en tratamiento para volver a su casa en la noche.

En este sistema hay una participación importante de la medicina, la psiquiatría, la psicología y la nutrición, y también de terapias complementarias como esencias florales, constelaciones familiares, programación neurolinguística, reiki, terapia fisioenergética y Medicina Tradicional China. Una persona anoréxica o bulímica debe ser tratada con un equipo completo y multidisciplinario que esté interviniendo en las distintas áreas de su ser.

Después de cuatro a seis semanas de semi internado se logra consolidar los vínculos e implementar la terapia completa. Se intenta generar vínculos de sanación entre terapeutas y pacientes, quienes después de una mañana de terapia almuerzan junto a un psicólogo y uno o varios de sus terapeutas. A veces, se da que todos terminan conversando en la terraza.

Durante ese tiempo se comparten conocimientos, emociones, miedos, sensaciones y se va restaurando la mesa familiar. De esta forma, se acompasa el proceso, permitiendo que la persona consuma de a poco sus alimentos. Una vez a la semana van a un restaurante, para ir renovando la experiencia de comer en grupo, ver una carta de comida y no aterrarse frente a eso.

Parte importante del tratamiento es aprender a poner límites: la gente con anorexia sabe ponerse límites pero éstos son demasiado estrictos, mientras quienes padecen bulimia no tienen idea de ese concepto y se dispersan con facilidad. Por otro lado, siempre se trabaja la sensualidad pues, en general, en el caso de la anorexia está muy reprimida, siendo muy dispersa y desordenada en la bulimia.

Estas personas deben aprender a no postergarse pues tienden a que el otro sea primero que ellos, lo cual hace que su autoestima sea muy baja. Por lo mismo, se trabaja mucho la autoimagen y la autoestima.

 

Terapias complementarias para la Anorexia y Bulimia

Con las terapias corporales se logra que el paciente vuelva a conectarse con las necesidades más básicas del organismo (hambre, saciedad, cansancio, sexualidad, etc.). De esta forma, se integra al cuerpo con su identidad, se acogen los cambios de su biografía personal para dejar de utilizar la figura y/o el peso como avales de estima de sí misma.

Con la psiconutrición se logra recuperar los mecanismos fisiológicos que regulan la ingesta de alimentos, modificar la conducta y hábitos alimentarios en el mediano y largo plazo y crear mecanismos de protección psicológicos para evitar recaídas. Hay que reeducar al paciente desde la preparación hasta la ingestión de la comida, resignificando tanto el alimento como el acto de comer.

Con la terapia familiar y las constelaciones familiares se intenta reestablecer los órdenes del amor dentro de la familia del paciente, promoviendo una mirada de colaboración y aceptación entre los miembros y los hechos de la biografía familiar y personal.

Por medio del reiki, esencias florales, terapia fisioenergética y medicina tradicional china, lo primero es lograr un estado profundo de relajación. De esta forma, el paciente logra soltar su angustia, trabajando en niveles energéticas la problemática básica.

Muchas veces, las personas temen consumir medicamentos. Sin embargo, es muy raro que se pueda salir de una enfermedad así sin ellos. Lo cierto es que son enfermedades psiquiátricas, donde existe mucha compulsión y, por lo mismo, es difícil hacerlo sin medicamentos. En general, éstos se requieren para poder trabajar con mayor profundidad, ya que esa misma angustia, ansiedad o compulsión que padece la persona no deja mirar lo que hay debajo, ni llegar a las verdaderas causas. También debemos recordar que la anorexia es una enfermedad mortal y se requiere actuar con la mayor rapidez.

Después del semi internado, se pasa a un período de dos meses en que el paciente hace terapia unas tres veces por semana. Después pasan a la modalidad ambulatoria. El proceso total dura alrededor de un año.

En ese periodo, las terapias complementarias funcionan como tal, ya que un tratamiento tradicional para anorexia o bulimia con sólo siquiatra, psicólogo y nutricionista puede durar de tres a cuatro años.

 

Problema de imagen; Anorexia y Bulimia

anorexia bulimia portada

 

Un trastorno alimentario es un problema del ser, es la persona lo que está en duda. ¿Quién soy?, ¿soy mi cuerpo o soy más que éste? Esas son preguntas fundamentales, que además tiene que ver con lo más profundo de la biografía personal y familiar.

Si se separa la palabra adicción, “a” significa sin, mientras que “dicción” se refiere a expresar. Entonces existe algo que no se está expresando y “se traga”.

¿Cómo expresar asertivamente emociones negativas sin perder al ser querido?, lo mismo ocurre con la rabia, las penas o la culpa. ¿Qué estás vomitando, qué emociones, qué personajes, qué características del otro no te estás tragando realmente?, ¿qué pasó con el padre, con la madre, qué dinámica hubo entre la pareja que no le permitió al niño sentirse querido?, ¿cuáles son las dinámicas familiares que hace que la adolescente se sienta sola?

Hay factores desencadenantes, como por ejemplo, la separación de los padres, la muerte de un familiar o el término de una relación amorosa. La anorexia tiene que ver con mucha impotencia, donde te enfrentas a situaciones en las cuales no puedes hacer nada y la única forma de tener el control es sobre el propio cuerpo. En el caso de la bulimia, ésta empieza muchas veces por una sensación de gordura.

Para llegar a la causa real y aplicar las terapias correspondientes se debe mirar a la persona en su totalidad, aunque siempre debajo de estos trastornos se encuentran aspectos que tienen que ver con la formación personal y con una adicción.

 

Nutrición en todos los planos

La psiconutrición se basa en que el ser humano no es solamente cuerpo, emociones, ni pensamientos, sino que también es energía, vibración y espíritu. Y, de esta forma, hay que alimentar y nutrir cada uno de estos planos. Esto, independiente de que el hacer terapéutico se enfoque en un órgano o sistema alterado en algún momento, pues siempre el ser en tu totalidad está como trasfondo.

Lo anterior se entiende al hablar de una buena nutrición para el cuerpo cuando la alimentación es variada, moderada, equilibrada y, por el contrario, es mala cuando hay exceso o déficit. Pero también podemos hablar de mala nutrición cuando sentimos culpa, resentimiento, ira, pues ello no permitirá la elección de un alimento de forma equilibrada. Por ejemplo, es común que la rabia te induzca a consumir alimentos grasosos, mientras que con pena, la preferencia es por algo más dulce y, cuando existe impotencia, se tiende a la mezcla de grasa con azúcar. Además, hay diferencias entre mujer y hombre. Para relajarse, el hombre se toma un trago y la mujer prefiere un chocolate. Un atracón puede ser por rabia, pena o impotencia. Por eso es fundamental trabajar las emociones con distintas terapias.

En el caso de la mente, cuando tienes pensamientos negativos, tampoco se elige lo mejor. El diálogo interno va determinando la autoimagen y la autoestima. Por ello, es importante aprender a parar este diálogo y ser amoroso consigo mismo. Hay que aprender a trasmutar los malos pensamientos y, un bueno ejercicio, es tomar conciencia de qué emociones se presentan cuando se siente hambre. En el caso de la bulimia, qué se dice la persona cuando vomita. En ese sentido, se debe conectar la mente con el cuerpo.

Lo mismo ocurre cuando las personas olvidan quiénes son, si son sólo cuerpo, qué quieren ser o quiénes creen que son. Eso también influye en la alimentación y en el cuidado del cuerpo.

El tema espiritual atraviesa todo esto pues hay que trabajar con la energía de la vida y con la idea de que cada uno provoca, permite y promueve todo lo que pasa en su existir.

 

Créditos del artículo

-Gloria Jury Jamis; Nutricionista y psicóloga.

 

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