Rasputín, viaje a una vida llena de misterios.

La vida de Rasputín es aún en los tiempos en los que vivimos un misterio místico lleno de misterios que se contradicen unos a otros. Para unos fue un clarividente y un curandero, para otros, un pecador. Nació en Pokróvskoie en Siberia en el seno de una humilde familia granjera, Grigori Yefimovich Novikh, era conocido en esta población por el sobrenombre de Rasputín, palabra que descendía de “rasputnyi” que significaba vicioso.

Y es que en sus años más jóvenes Rasputín era conocido por su afición al alcohol, por su brutalidad y por la afición de robar caballos.

En 1892, Rasputín dejó su aldea y a su familia con la clara decisión de hacer una nueva vida lejos de aquellas tierras que le habían producido una mala fama ganada a pulso. Dejando atrás su antigua vida y su esposa.

Una vez comenzó su nuevo camino se especializo en una vida de trotamundos curandero conocido como “staretzs”, comenzó así un camino que le llevo por diferentes caminos por Rusia hasta que entró en contacto con una secta religiosa condenada por la Iglesia Ortodoxa conocida como “jlystý” (flagelantes), que defendían que el camino hacia la fe había que hacerlo mediante el dolor. También una secta que defendía el sadismo y las orgías. Rasputín convivió con este grupo varios años hasta que fue el Padre Macario quién lo rescato para abrazar la verdadera fe cristiana. También fue quién le obligo a dejar la bebida.

 

 

 

VIAJE A LA CORTE

A su retorno a su aldea se hizo famoso en la región al proclamar que la Virgen María le hablaba y le producía visiones. El joven vidente fue ganándose un nombre, y pronto, la gente comenzó a buscarlo, formándose un grupo religioso que lo acunaba como si de un mesías se tratara.

Se dice que el siberiano, huesudo y lleno de tics nerviosos aprendió a hipnotizar a la gente con una sola mirada, pero todo esto sea una metáfora para hablar de su magnetismo, su arrolladora personalidad y la fuerza de su mirada, y en definitiva, de su poder de manipulación.

Rasputín, salió de la Rusia rural en 1903 camino de San Petersburgo, precedido de una cierta fama de profeta y sanador.  De la mano de la duquesa Militza, apasionada de las artes oscuras, Rasputín logró ingresar en la corte del zar, dónde a pesar de su origen humilde logro ganarse el apoyo de la zarina y del zar Nicolás II.

Fue cuando el pequeño hijo de los zares, enfermo de hemofilia, condenado entre la vida y la muerte, fue curado por Rasputín, ganándose definitivamente el favor de los zares.

Rasputín en la corte
Rasputín en la corte

Y fue así como su influencia con los zares no paro de subir en los años siguientes. Hasta tal punto que pronto se corrió el dicho “El zar reina pero Rasputín gobierna”, cosa que le granjeó enemigos dentro de la corte, quienes veían en él una amenaza proveniente del mundo rural y con lazos simpáticos hacia los alemanes. Sobre la zarina de sangre alemana influyó en demasía, lo cual lo salvo cuando en la Primera Guerra Mundial fue acusado de ser espía.

La hostilidad de la aristocracia llego a su máximo esplendor cuando en secreto llegaron a planear atentar contra su vida. La principal preocupación de estos aristócratas, era que este monje estaba en contra de la guerra y de los derechos de los judíos, debían de ser los mismos que el resto de ciudadanos de Rusia.

 

MITO Y MUERTE DE RASPUTÍN.

El príncipe Yusupov, maquinó y planeó la muerte del monje, junto a tres matones. Él utilizó la belleza de su mujer como cebo para atraer a Rasputín al sótano de su casa, y la fama de mujeriego de este para atraparlo.  Yusupov, príncipe bisexual, tendió la trampa, ofreciendo a Rasputín unos dulces envenenados con cianuro, y vino también con este veneno. Cuenta la leyenda que fue tal la resistencia que el monje hizo a este veneno que Yusupov acabó perdiendo los nervios para acabar dándole un disparo en la cabeza a Rasputín.

Principe Yusupov
Principe Yusupov

Yusupov cuenta que lo dio por muerto, saliendo a buscar a sus acompañantes, para sorpresa de él, cuando volvió se encontró al monje agonizando, y fue cuando lo encañonaron nuevamente para darle varios disparos más y acabar definitivamente con su vida.

Así llevaron el cadáver al Rio Nevá, donde ataron el cuerpo con cadenas de hierro y lo tiraron.

Cadáver de Rasputín
Cadáver de Rasputín

Rasputín fue enterrado en enero de 1917 en el palacio de Tsárskoye, justo un mes antes de la Revolución de Febrero que marcaría el fin de la corte rusa.

Poco antes de su muerte, Rasputín predijo que en el caso de ser asesinado, el zar Nicolás II también perdería su vida. Y así sucedió, poco después de abdicar el zar fue puesto bajo arresto por las fuerzas de la revolución, en un principio pensaron en despatriarlo a Inglaterra pero tras el ascenso de los bolcheviques el destino del zar y la zarina quedo sentenciado a muerte.

 

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